19531127
Wellesley, viernes 27 de noviembre de 1953
(Pedro habría cumplido hoy 62 años)
Queridos hijos y nietos:
Pasó Thanksgiving agradablemente. Comimos Lapesa, la sobrina suya de Smith, y yo en Horton, invitados por los señores de Conde. La conversación, tras el intermedio de la siesta, duró toda la tarde. Escribí a Laurita agradeciéndole su invitación. Claudie me había representado anoche en aquella casa. (Claudie me dice que está exhausto de tantas y tan varias ocupaciones).
De modo que cuando llegue esta carta a Columbus, estaréis gozando de la compañía de don Américo y su esposa. Saludadlos de mi parte. Acabo de recibir una carta —muy interesante— de don Américo; y le contestaré dentro de unos días, cuando se encuentre él en Princeton. —Contadme todo, quiero decir, cuéntame, Teresa.
Me alegro infinito de que Gabriel Pradal cuente con tan gallardo ofrecimiento de Cornell. Decidme en qué para ese asunto. Y mientras tanto enhorabuena a Don Gabriel.
Esta tarde veré a Lida en casa de Edith. Estuve en Boston con un joven poeta que se llama Cid, pero no de Vivar sino de Boston. Cid Corman, amigo de Claudie; en su revista Origin quiere publicar algunas traducciones de Cántico. Por cierto, la revista se imprime en Palma de Mallorca; la impresión allí es mucho más barata que en Londres donde se imprimía antes Origin. Ahí es más barata que en los Estados Unidos. ¡Palma, Palma!
Ay, qué agradable se pone la vida pública en esta época Eisenhower. Tono muy bajo, macarhthysmo creciente, entontecimiento creciente. Todo ello me aflige y me da miedo. ¿Quedará todo nivelado por una bomba de hidrógeno mccarthysta? Supongo que Isabel se encuentra ya bien. Me acuerdo mucho de esos dos niños. Voy a escribir a Jacotte. He sabido lo de Marie Thérése.
Adiós, Abrazos.
Jorge