19550130

 

Wellesley, 30 de enero de 1955

 

Hija, Teresa:

Llegó Claudie, con buena cara, contento, dispuesto a hacerse americano enseguida. ¡Qué criatura! Yo, feliz entre las prisas y las ocupaciones importunas. El barco, a consecuencia del mal tiempo, no llegó hasta el viernes 29 por la mañana. Iba yo a salir el miércoles, y retrasé mi viaje hasta el jueves a la vista de tres telegramas: uno de Claudie y dos de Willis. (Llorens me llamó por teléfono. Insistió. “Willis se ha portado muy bien”). Pero todo ello se complicó con el deber inútil de tener que ver a una señorita Martin, candidata al Departamento, que debía pasar aquí el sábado. Pero antes acudiría a un meeting de Arte en Nueva York. Yo intenté verla el jueves y el viernes. No la encontré a pesar de mis reiterados esfuerzos. No pude, pues, acompañar a Claudie (se hospeda en casa de Edmund King) a quien esperaban los amigos para cenar en casa de Llorens. (Cena preparada por la señora Crocco). Y furioso me volví a Wellesley la noche del viernes. (La señorita, simpática y flojita quedó eliminada después de nuestras conversaciones y comidas del sábado). Te cuento todas estas cosas para que entiendas por qué no fui con Claudie a Princeton —como era mi deseo. Anoche fui a Arlington, ¡qué viajecito! Y hoy he seguido metiendo libros en cajas. Ayer escribí muchas cartas. Y como dejé lo más importante (para mí) hasta el final, no tuve tiempo —porque comí de improviso con Manolo; y por eso te escribo hoy lunes. Espero que Claudie venga esta semana a Wellesley ¡qué poco tiempo le voy a ver este año! Y esto me desgarra ya el alma. (No pudo, por cierto, cobrar el papel que traía. Había que ir muy lejos. Yo le di el dinero que necesitaba).

Me ha hablado de vosotros; pero me ha sabido a muy poco lo que me cuenta ¡qué ganas de veros! Claudie me ha explicado tu plan de veraneo —que yo ignoraba. Así me he enterado de cuál será mi plan: el vuestro. ¡Province! Perfectamente.

Yo he hecho la reclamación en el Post-office ¿No habrá habido malentendu con la concierge en casa de Renée? De acuerdo: Iré por de pronto a un hotel que me ha indicado Claudie. (H. Cayre Boul, Raspail). Tengo tantas cosas —pequeñas, es decir, mías, de mi modesta vida que contarte. Pero ya me parece que estoy llegando. Aunque mediará todavía todo un mes antes de veros. ¿Y esos niños? Me acuerdo cada día más de los dos.

Mr. Procter me dijo por teléfono: que pida (Claudie) el lunes sus first papers. Y los demás piensan y sienten lo mismo. ¿No hay presión? Hay cierta “presión”. Yo ya he cumplido: doy a este país mis hijos y mis nietos… Como Santallana. Como Madariaga. (Ayer cené en Arlington con los Lida y me despedí de María Rosa. ¿Enfadados? No, por Dios). Voy a cenar a Stevens.

Besos

Jorge.