19590103

 

Roma, 3 de enero de 1959

 

Teresa, hija:

Tus dos cartas —del 18 y del 27— llegadas hace media hora, me han alegrado y desolado. Ante todo, os encontráis bien; y, además, me dices cosas tan sweet que me conmueven —come di solito (solito: costumbre). Pero ¿es posible que no pudieras dormir a causa de ese retraso del correo? Porque yo te escribo as usual, y ha tenido que haber algunas cartas perdidas —si no están esperándote en Arlington. ¡Es tal el jaleo de estas semanas —con esa inmensa bobada en el vacío de las felicitaciones de Navidad! Y luego, vuestro viaje, el cambio de dirección… Siento infinito que hayáis tenido esa impresión de silencio.

No, no me pasa nada que no sea agradable —y toquemos madera. No os podéis figurar con qué reverencias y consideraciones me tratan estos amigos italianos. ¿La visita de ayer? Fui a ver al profesor, gran profesor Schaffini —por encargo de Montale. ¿Objeto de la visita? Es más prudente no hablar del asunto: otro premio (muy importante). ¡Los amigos italianos se empeñan en premiarme! Comí con María Zambrano —mucho más interesante hablando que escribiendo–– y algunos literatos de Roma. He conocido no sé a cuántas gentes más. Y todos me hablan del premio Taormina —hasta un extremo que ya empieza a serme desagradable. Porque me obligan a salir de mi sendero habitual, a ver, por ejemplo, esta tarde al profesor Debenedetti, del jurado, a telefonear a Belonci, del jurado, etc., etc. Et tout ça m’embète. Yo no pido ni he pedido jamás nada. ¿Los honores? Llovidos del cielo —como un bombón en la boca. Volveré a Roma en febrero —que es cuando se habrá decidido lo del premio. Hay mucho gossip en torno a este asunto. Ya os lo contaré más tarde. Hoy voy a comer con Ramón Gaya, en su trattoria, y veré sus cuadros; honor concedido a muy pocos. Le encuentro más formal, más varonil, simpático.

Seguiré aquí hasta el jueves 8, en que volveré a Florencia —donde quiero terminar lo de San Juan de la Cruz.

Se me olvidan detalles. Comí en casa de la novelista (siciliana) Livia de Stefani, bellísima señora. Angela Bianchini da una party en su casa el domingo: reunión con profesores to meet Prof. G.; entre ellos estará Samonà, el de la Celestina ¡Hablaremos de Steve! ¿En qué trabaja Steve ahora?, ¿sigue con lo de Rojas? (No se te olvide contestar a estas preguntas).

La foto de la niña es preciosa. Tengo ganas locas de verla, de veros, sobre todo a mi hija, que es lo más sweet de este mundo para su padre. En el correo han llegado también unas palabras —ardientes de Simone Crocco ¡Carina!—, y anoche unas líneas de Claudio, felicísimo al parecer. ¡Así sea! Escribe a la Pensione Pagnini de Florencia Via Montebello 40.

¡Feliz Año Nuevo! Abrazos. Besos. Vuestro

Jorge.

 

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