19641017
Roma, 17 de octubre de 1964
(43º aniversario)
Queridos todos:
Hace tres horas llegó la carta de Teresa. Buenas noticias, en suma, de vosotros y de los Claudie; incluso tu cansancio —físico y moral—me parece saludable “encaminado al bien”. Me gusta mucho que asistas devotamente a las clases cervantinas y que vayas leyendo esos textos más o menos sagrados. ¿Tomas notas? Saluda a don Raimundo de mi parte.
¿Roma? Por la mañana trabajo. (Reviso poemas. Tengo, más o menos concluso, el poema sobre Federico). Doy una vuelta por el “barrio” antes de cenar. (Esta mañana tuve una hora de conversación interesantísima con el poeta Alfonso Gatto). Tras la comida y la siesta, escribo algunas cartas. Luego es la visita o la cita con alguien. Apenas hay tiempo para ir al cine. Y de “turismo”, nada. Irene ve a sus amistades, entre numerosos golpes de teléfono. Yo todavía no me he cansado.
¿Gentes? Españoles. Semprún, padre, como siempre enfermo y cariñoso. Los Alberti, casa abierta, gran cordialidad; muy “atentos” conmigo. Ayer comimos con Antonio Gómez Orbaneja, muy “Orbaneja”, o sea, de calidad. (La mujer, en Frascati). El martes iremos a casa de Nieves de Madariaga —donde veremos a Luis de Zulueta. (Anoche hablamos por teléfono). El embajador de El Salvador. Mañana, Lauro Escorel de Moraes, el brasileño amigo de Claudie. Los hispanistas: Badini, Tentori, Samoná, que me preguntó por Steve y Claudie; un pobre profesor del Liceo; Darío Puccini. Martín Descalzo, que trajo el aura del Concilio. Margherita Guidaci, Biaga Marniti, poetisas amigas. Clotilde Marghieri. De Angela Bianchini no hemos tenido más que ráfagas telefónicas; siempre apresuradísima. Esta tarde, recepción to meet Mr. And Mrs. Guillén en casa de los Cardona. Iremos con los Alberti, que serán la novedad de la soirée. Total: he visto a poca gente… Iré la semana próxima a Milán, para una entrevista con la televisión, gastos pagados, propaganda de Vanni Scheiwiller. Etcétera, etcétera.
Os recuerdo muchísimo. Abrazos,
Jorge