19801100
Málaga, fin de noviembre [de 1980]
Anocheciendo
Queridos todos:
Tu carta, Teresa, nos ha instruido muy bien sobre tus viajes y tus propias impresiones. Ciudades, museos, gentes… Lamento que Celia Bertin haya sufrido todos esos trances.
Entretanto, Anita llamó, anteanoche, cuando yo estaba ya acostado. Su plan —que imagino, rica, ideado por ti— es estupendo. Me hace felicísimo que Anita llegue el 12 de enero y se quede hasta el 18, “octogésimo octavo” cumpleaños del abué.
Lo pienso, y lloro de alegría. ¡Qué suerte tengo! La compañía de mis hijos y de mis nietos es una felicidad —que me sostiene en la vida, en esta vejez que arrastro bastante bien, pero… ¡La cuarta edad!
Irene ha pasado días molestos con una especie de gran catarro, que no ha concluido en gripe. Yo también lo sufrí. Ella os lo explicará con precisión. El tiempo aquí es mucho más soportable que en Massachusetts. Sin embargo, ha bajado la temperatura, y esto nos complica la situación.
Pues bien, hemos tenido varias visitas últimamente. Vino a vernos nuestro Joaquín Casalduero. Se encuentra bien, a pesar de que vive solo. Da clases todavía en Madrid, trabaja. Estuvo en casa de Alfonso Canales. Su biblioteca le deslumbró. ¡Por supuesto! Vino al mismo tiempo de Murcia Dionisia García, poetisa muy estimable, casada, con cuatro hijos y un esposo bien plantado. Familia rica.
Un pequeño “acontecimiento”: Un artículo en El País de Umbral titulado “Guillén”. Muy cariñoso. Trata muy bien a mi generación: “entre el Nobel de Aleixandre y la sangre de Federico”. ¡Exacto! No se puede decir mejor: “la sangre”. Dámaso tuvo que dar una conferencia sobre Federico en un teatro, y concluyó: “¡Pobre Federico!¡Pobre Federico!”. Esta simple expresión me conmueve de veras. Nuestro duelo no termina jamás.
Otra cosa. Gómez Yebra te ha escrito. A él no tienes que enviarle nada. Yo le proporciono papeles. Ahora bien, lo mejor será para mí que tú, mi señora hija, me traigas cuando vengas: a) papeles relacionados con El argumento de la obra; b) con Fernando de Herrera, el poeta sevillano. Cartas no necesito aquí. Papeles, mis manuscritos, que deben estar en el sótano… No sé.
Yo estoy terminando mi revisión de Final.
Lamento que Steve no se encuentre a gusto por allá. Aquí se tranquilizará. Me hace feliz saber que nos acompañarán el día de Nochebuena. ¡Claudie!
Abrazos y besos bien repartidos. Vuestro,
Jorge
Ayer y esta noche he tenido fiebre muy alta. Ahora me encuentro mejor. Creo que estoy al final de esta fastidiosa temporada. Escribiré pronto. Besos y abrazos para todos.
Irene