19670331
Málaga, 31 de marzo de 1967
Queridos todos:
El viaje se ha desarrollado felizmente. Barco —el Ana C.— no grande; el camarote muy bueno; la comida, corriente; el servicio, simpático. Llegamos ayer a la una; nos esperaban María y Leónides (mañana volverán para comer con nosotros) y, por otra parte, sin conocerlos, Bernabé. El pisito, cuidado por la señora de Bernabé, estaba en buen estado. Pequeño, cómodo, modesto y con una luz maravillosa por la mañana. Ya está todo en su sitio. Llegamos con diez bultos. Ya no quedan libros en Italia. Todo lo ha preparado y resuelto Irene. No me deja hacer nada. Esta mañana vi a Alfonso Canales. Me ha hablado del asunto de Frigiliana. “Una de las dos escrituras” —me dice— “ya está inscrita en el Registro de la Propiedad”. Espera que pronto se inscribirá la “otra escritura”. Claudie no ha escrito a Canales.
Hace fresco, sobre todo aquí, junto al mar. (Pero en la Semana Santa hizo calor). Dámaso y Eulalia acababan de regresar a Madrid cuando nosotros llegamos. ¡Ah! El barco se detuvo unas horas en Palma —anteayer. Y fuimos a casa de Cela. Casa magnífica en lo alto de un monte. No es la que vimos Teresa y yo el año… 58. Cela se portó bien, estuvo muy sage. ¡Qué “respeto” inspiro —o inspiramos!
Ahora tendré yo que ordenar los libros. (En el correo nos esperan ya una veintena de paquetes). El lunes comenzaré de nuevo a visitar al dentista. Me ocuparé también de ordenar lo que llamo Otros Poemas. Y de hacer las listas de envío de Homenaje —y del folleto de Blas Ramos. ¡Qué ganas de veros!
Para todos, abrazos,
Jorge