19830218
Málaga, 18 de febrero de 1983
Teresa, hija, queridos todos:
Llegó tu carta hoy, temprano. ¿Es posible que desde octubre yo no te haya escrito? Me parece inconcebible. ¡Si pienso, si pensamos, en ti constantemente!
Bueno, aquí también hace bastante frío, pero sin nieve. El viento sopla. Yo no salgo a la calle. Hemos tenido visitas. Gentes de por aquí. Yo sigo contestando a cartas y telegramas que me prepara Irene. Y así voy avanzando. Increíble el número de los telegramas.
Me escribió Alvar padre una disertación preciosa en torno a Ariadna en Naxos. Esta vez, todo es humanismo griego y latino. Su variedad es extraordinaria. Respondí a Ivan Ivask; a un libro de poesía en inglés, a fotos estupendas y numerosas. Vi una foto de Valladolid. Junto al alcalde, Claudio y tú. Me conmoví. Hemos recibido una carta de Anita… ¡Qué le vamos a hacer! Yo lagrimeo. ¡Esa criatura!
Como ves, te hablo de cartas. Es mi actual labor.
Bernabé ha soportado la crisis, por fin, con serenidad. Texidor anda entre los amigos. Su hijo ha compuesto un cuadro de colores. Luce en una de las paredes de esta casa, y gusta mucho.
¿José Luis Sert? Muy decaído, en Mallorca. No durará mucho tiempo: lo que a mí, a nosotros nos causa dolor sin consuelo. A todo esto, en Italia me organizan un homenaje. Lo que me lleva a pensar en el hijo de Rafael Lozano, que se encuentra en Bolonia y allí se mantiene. ¿Leónides? Estuvo mal. Cogió frío. Ya está mejor. Amenazado de soledad. Sabemos que Jacqueline, la mujer de Francisco del Pino, seguirá con los Christoforo y Anita, a Florencia. Allí conservan muchos amigos, y habría sido una locura abandonar Italia.
¿Y quién va a preparar la colección de mis “prosas” que publicará Gredos? Yo desearía que fuese Mario Hernández, ahora trabajando en volúmenes de Federico. Veremos. Ningún candidato mejor.
Os cuento cosas por aquí y por allá. Sería el cuento de nunca acabar. Pienso en todos vosotros. Pienso en mis hijos y nietos, y biznietos. Mi tribu de familia no me podría salir mejor. ¡Qué orgulloso, qué profundamente satisfecho estoy de los míos! Me gustaría seguir charlando…
Abrazos, besitos. Vuestro,
Jorge