19700420
La Jolla, lunes 20 de abril de 1970
Queridos:
El jardín está en este momento —luz de las tres y media— precioso. Resaltan sobre todo las rosas amarillas. Y… estoy escribiendo tranquilo —entre mis tareas de antes y después. Soy un alumno aplicado. La terapista vino esta mañana. Se flexibiliza mi mano con progreso evidente; pero apenas tengo fuerza a causa del pulso —de la muñeca—, el punto más sensible. El análisis de orina dio un resultado satisfactorio. Aún no sabemos lo que dice el Dr. Kimbal. Lo sabremos cuando le telefonee Claudie. Por la mañana trabajo un poco. Por la tarde escribo algunas cartas. Los ejercicios después de la parafina los repetimos dos veces al día —antes tres, ahora dos—. Visitas hay casi todas las tardes. (Ayer estuvieron —domingo–– los Céspedes y los Casalduero.)
Claudie trabaja como nadie por la Universidad. Ha celebrado entrevistas con cada uno de sus estudiantes. Reunió en casa a los jóvenes profesores de su Departamento de Literatura Comparada y les presentó un cuestionario admirable sobre los problemas planteados por las antologías. El proyecto es que cada colaborador escribirá un estudio y se firmarán y publicarán así dos volúmenes. Por otra parte, Claudie es el que reconcilia a los adversarios, el que pone paz. (Me lo decía Bob Elliott). ¡Quijotesco! Y práctico. En suma, ¡estupenda persona!
He recibido —reexpedido por vosotros— un increíble libro de la Houghton Library: el catálogo de los “manuscritos depositados por JG”. Bibliografía —con pocas erratas— poema a poema, incluidas fechas y lugares de composición. ¿Cuánto dinero me habría costado ese catálogo si Miss o Mrs. Susanne Howard hubiese venido a Gray Garden a trabajar? A todos nos ha gustado mucho esa increíble labor.
Escribiré a Antó: (¡Es escandaloso que la manifestación en pro de la paz haya costado ahí 200 heridos!) Os recordamos muchísimo. Os queremos.
Jorge
Escribiré después de los rayos X.
I.