19630118
Florencia, 18 de enero de 1963
Queridos todos:
Pues señor… El lunes pasado fuimos al Palazzo Strozzi, y allí debí coger frío. Se preparaba aquí, entre tanto, la pequeña fiesta —un cocktail con que en la casa del editor Vallechi se festejarían mis setenta años. (Adjunto una invitación). Pero ya en el miércoles, noche o madrugada, tuve una fiebre muy fuerte —sería de 40 grados, con temblores y escalofríos. Irene se asustó bastante. ¡Cómo me ha cuidado! He tomado no sé cuántos antibióticos, que bajan la fiebre por la mañana; por la noche vuelve a subir. Influenza en forma de “bronquitis local”. El médico ha venido a casa no sé cuántas veces. (¡Un lujo europeo!). Hoy tenía 37 por la mañana. El día empezó bien. Primero, el artículo de Macrì en La Nazione. Artículo muy feliz, escrito con fervor sincerísimo. Registra los dos lutos; el de Grand’Maman Germaine y el de Pedro; registra cariñosamente los nombres de mis hijos). También un artículo de Paoli, el que fue “novio” de Mais. Excelente. Elisa me ha regalado un coupe-papier muy bonito. Han llegado flores, bombones, varios telegramas. (Menos mal: uno de Claudie y de Elfie. Se me quitó un peso de encima. Hace mucho tiempo que no me escriben. Telegrama ¡en inglés! de Plaza: “most charming all Gilmans…”. ¡Esa es mi opinión!) Anoche telefonearon —una excepción rarísima— Contini, Anna Banti. Aquí todo el mundo lee La Nazione. Y el artículo de Macrì ha impresionado mucho a los de casa.
Más me ha impresionado a mí vuestra carta, quiero decir, la de Teresa. Tiernísima, generosísima. Vuestra “idea del libro” me conmueve, me llega al corazón, me hace llorar. ¡No llores! —me ha dicho Irene hace un momento. Tiene razón. No lloraré. Pero… “No me podrán quitar ni conmovido sentir…”. Acepto, gustosísimo, vuestro ofrecimiento. Vayamos por partes. 1º No me ata ningún copyright. Estoy libre legalmente. 2º Por ahora no sería justo publicar un Clamor reunido a Cántico mientras queden todavía tantos ejemplares de Maremágnum, Que van a dar en la mar; y A la altura de las circunstancias estará llegando ahora, manuscrito, a Buenos Aires. 3º Sobre todo, queda la tercera hoja del trébol: Homenaje. Lo tengo bastante adelantado. En él trabajo ahora, incluso ayer y hoy. 4º Con lo que yo sueño es con la publicación conjunta de Cántico, Clamor y Homenaje. (Podría hasta no publicarse Homenaje en volumen separado). Entonces, dentro de dos o tres años, vendría como de perlas vuestra ayuda. Que hayáis pensado en ello me conmueve de veras.
¿Vanni? Vino de Milán a celebrar el “magno acontecimiento”. (Ahora mismísimo: un telegrama —agarraos— de “Ezra Pound”. Dice Irene: ¡Parece que nos hemos casado hoy!) Estuvo Vanni en casa esta mañana y me trajo en pruebas el librito que él me ofrece para regalar a los amigos: Suite italienne. (Reduje a 24 las poesías sobre Italia). Y lo mejor de todo: he oído vuestras voces, vuestros timbres de voz. ¡Qué alegría! Yo os diré lo que me dijo Anita: “Os quiero demasiado”. ¡Ah, las fotos de los niños, preciosas! Ya adornan una pared.
Abrazos. Besos,
Jorge