19580417
Firenze, 17 de abril de 1958
Queridos todos:
¡Cuánto os envidio! Habéis asistido a la boda de Claudie y Elfie, habéis volado, estáis en el Paraíso… (¡Ojo! Ya sabéis que ahí se contagia el “complejo hedónico”). ¿Cómo se ha portado Anita en todos esos trances y aventuras? Por otra parte, lamento la situación del padre de Steve, y todas las aflicciones que la acompañan. Pero el viaje a Puerto Rico me hace pensar que la situación no se ha agravado.
Estaba esperando conocer mi dirección en Roma para escribiros. Te debo varias cartas, Teresa. Pasado mañana me trasladaré a la Ciudad Eterna donde no sé si veré —como me desea Ninis— al Santo Padre. Sí, a no sé cuántos amigos “que me esperan” —me escribe Angela Bianchini. Escribidme, mejor dicho, escribe, Teresa, hasta el 31 de Diciembre a Pensione Rubens-Via Borgognona 46-Roma.
Yo volveré a esta ciudad hacia el 5 de enero y me instalaré en la Pensione Ragnini Via Montebello 40 – Firenze. Razón del cambio de alojamiento: el conflicto entre las horas de comer en Corso Italia 28 y la reunión con los amigos del Paskowski. Amigos afectuosos que reclaman este cambio de horario.
Temo repetirme. No sé si os he contado ya, o sólo a Claudie, mis últimas jornadas. La conferencia —sobre Berceo— agradó al auditorio, especialmente a Contini y a Macrì. Me dieron tales aplausos, una medalla de Oro —a título de homenaje. Y la señora Longhi me pidió textos para su revista Paragone. La señora Longhi de gran estatura, como una corpulenta abstracción estatuaria, La Justicia, La libertad, es la novelista excelente Anna Banti. Su marido, el profesor Roberto Longhi, es uno de los mejores historiadores del arte italiano, rival de Berenson. Ayer comí, acompañado por Contini y Macrì, en la suntuosa villa de los Longhi. Y todo, en italiano, y todo como si fuese… un poeta europeo. ¡No estaré soñando! Yo creo que no. Y la prueba… Pero es todavía demasiado pronto. Ayer se publicó en el periódico de Florencia, La Nazione, un artículo sobre ese poeta, acompañado de fotografía y de algunos events biográficos. Os lo enviaré. Y alguna fotografía también.
Respecto a Maremágnum, las noticias son contradictorias. En Barcelona, en Madrid, no se ha prohibido. A Valladolid enviaron unos policías que retiraron ejemplares que por casualidad tenía algún librero. La familia ha debido asustarse. También León Sánchez Cuesta, que me escribió. También Emilio, preocupado. Total: esperemos. Esperemos en Italia. No hay mal que por bien no venga.
Saludadme a los amigos de esa isla: a Nilita, a Ricardo Gullón, a los Onís, al amigo lector… Teresa: me conmueve que en cada carta te refieras cariñosamente a mi retorno. Si Claudie va a tener hijos, que el primero sea hija. Una hija es lo más smart que existe en este mundo. Abrazos y besos a todos los Gilman.
Vuestro
Jorge