Para citar este artículo:

Gómez-Elegido Centeno, Ana M” (2024) “Queridos todos (8/01/1977)”, en Cartas a Teresa <https://guillen.linhd.uned.es/8-de-enero-de-1977/>

Málaga, sábado tarde, 8 de enero de 1977

Queridos todos:

Todo el viaje se ha desenvuelto perfectamente (en un jumbo ruidosísimo, maloliente de gasolina y lleno de drafts como una cueva). Todo ha marchado bien aquí, en Málaga, ayer y hoy. Resultado: yo, muy cansado. Irene, cansadísima, porque ella ha trabajado mucho más, sobre todo en este pisito.

En Nueva York nos esperaba un joven casi paisano mío, señor Sahagún, —de Sahagún, en Tierra de Campos. Inscrito con beca para varios años en Nueva York, aspirante a poeta. Fina y honrada persona. En el avión no dormimos. Al llegar a Madrid, surgió un primer enviado, luego, otro, de Informaciones. Breve y fácil, la entrevista (televisión, decenas de fotografías). Ayer mismo ha debido de publicarse. Y nos han visto en TV Siamo celebri!” come diceva Quasimodo. En Málaga nos esperaban Bernabé, Alfonso Canales, Rafael León y su niña, la poetisa, Eugenia. El empleado, al ver mi pasaporte, Pedro J. G. Álvarez, me preguntó si yo era hermano del poeta. Vinimos en el coche de Rafael León, guiado por él. Conversamos. De ahí ha salido el artículo —anónimo— de Sur, esta mañana.

La casa, limpia. Pero —dice Irene— faltan muchas cosas. (Todo. Y todo se resiste y pega… Pero se arreglará). Irene no ha parado un momento. El teléfono suena constantemente. Periodistas. De pronto, mi joven amigo Mario Hernández, con su novia, de Valladolid. El cambio de horario, una vez más, trastorna bastante. Mucho correo: telegramas, cartas, algún libro. Hoy, ya descansados, y sin madrugar, porque la jornada empieza tarde. Fuimos al Bano. Comimos en “La Alegría”. Esta tarde vendrán un periodista, Bernabé y Quinín, y un momento, María Salvador, de paso aquí. Clima: no hace frío, un sol estupendo (pero en casa sí: he comprado una estufa cara). ¡Cuánto me gusta estar en Málaga! Nos acordamos mucho de vosotros. Esta es la primera carta que escribo aquí.

Besos, abrazos (Para Anita, también)

Jorge

Escribiré otro día. Estoy al límite del agotamiento. Pasará. Os abraza vuestra

Irene

(Estamos un poco acatarrados los dos).

Esta carta, fechada el 8 de enero de 1977, con la especificación de ser escrita por la tarde, es la  primera misiva que Jorge Guillén dirige a su hija -y a la familia de esta en su habitual encabezamiento de “Queridos todos”- tras su llegada a Málaga, desde Estados Unidos, y después de pasar por Madrid.

Guillén vino en este momento a España para recoger el primer Premio Cervantes -que le fue entregado por los reyes el 23 de abril de 1977-. Este viaje supondrá además el  traslado definitivo a su país natal desde un exilio de casi cuarenta años en Estados Unidos. Por tanto, esta carta tiene un especial significado en cuanto es la que inaugura la correspondencia a Teresa desde Málaga, convertida ya la ciudad en residencia final guilleniana, elegida por el poeta para vivir y terminar sus días (muere en Málaga el 6 de febrero de 1984). La relación de Jorge Guillén con esta tierra se remonta a etapas anteriores, de manera que en esta correspondencia son numerosas la misivas dirigidas a su hija desde Málaga tanto antes como después del año 1977 en que escribe esta carta.

Un primer párrafo, muy breve, resume su travesía aérea, describiendo de un modo poco agradable el avión donde viajaron el poeta y su segunda mujer, la italiana Irene Mochi Sismondi: “(un jumbo ruidosísimo, maloliente de gasolina y lleno de drafts como una cueva)”. A continuación expresa su cansancio después del traslado y la instalación en su nuevo domicilio, subrayando la trabajosa labor de su esposa en la preparación de la casa. En un segundo momento de la carta, Guillén va desgranando los diferentes pasos de su viaje y así menciona el encuentro en Nueva York con un becario, “casi paisano”, señor Sahagún, que le espera en el aeropuerto y con el que comenta compartir su origen en torno a Tierra de Campos -comarca natural española, en la comunidad de Castilla y León, que se extiende por las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y León- recordando de esta manera su  procedencia vallisoletana (nace en Valladolid el 18 de enero de 1893).

Felipe Sahagún -Felipe Maraña Marcos, más conocido como Felipe Sahagún (La Bañeza, León, 1953)- es este becario del que nos habla, periodista, después profesor en la Facultad de Ciencias de la Información (UCM) y miembro del Consejo Editorial del diario El Mundo. Fue corresponsal de Radio Nacional de España en Estados Unidos en los años 1970, y en la etapa de 1976-1979 cursó dos másteres de Periodismo y Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia -momento al que corresponde este episodio con Guillén-. Es el autor de la entrevista a Guillén en ese aeropuerto neoyorquino.

Esta entrevista se publicará, como se dice en la carta, el día 7 de enero de 1977; aparece en la sección de cultura del periódico Informaciones (fundado en 1922, en los años siguientes, sucesivos cambios en la propiedad y diversos procesos de modernización gráfica e informativa, lo convirtieron en precursor del periodismo de la Transición. Fue el segundo periódico vespertino de Madrid en número de ventas; los problemas empresariales, derivados en gran parte de la marcha de su equipo al recién creado El País, precipitaron su cese en 1983). Será esta entrevista la antesala de la avalancha de informaciones y noticias sobre la llegada del poeta a España, su significación y la recepción del Premio Cervantes. Aquí se plasmarán sus primeras declaraciones como su intención de volver a España sin perder el contacto con su familia, viajando para encontrarse con los suyos, sus frecuentes visitas a España desde Estados Unidos, sobre todo a Andalucía y su propiedad de una casa en Málaga -de todo lo cual queda constancia en muchas de estas cartas-. Asimismo se pronuncia sobre la satisfacción que para él supone el Premio Cervantes: “Me siento feliz con el premio, porque siempre me he opuesto al Régimen y creo que el concedérmelo es señal de progreso hacia una situación más democrática”. El entrevistador traza un retrato del entrevistado Guillén destacando su memoria y lucidez a pesar de su edad -ochenta y tres años-. El poeta declara su decisión de seguir escribiendo poemas. En este retrato guilleniano se menciona su labor como profesor, de la que en este momento está jubilado. Guillén recuerda a su gran amigo Pedro Salinas y la tristeza de su pérdida -episodio del cual también se informa en estas cartas-.  y pasa después a hablar de otros poetas españoles con los que mantiene contacto como Ángel González, de su próxima visita a Alberti en Roma, de su viaje a París con motivo de la traducción de Cántico al francés por la editorial Gallimard,  o del significado de la generación del 27. Sigue opinando sobre escritores pasados y presentes como Pedro Quiñoneros, Umbral…

Hay que considerar que Guillén siempre intentó estar al tanto de la actualidad de nuestro país y también de  la repercusión en España de su obra. De este modo, por ejemplo, en una de sus cartas de esta correspondencia, meses antes de confirmarse su candidatura al  Cervantes, le comenta a su hija cómo se refleja esto en la prensa española: “¿Qué pasará con el Premio Cervantes? En ABC se publicó un suelto muy favorable para Jorge Guillén.” (Cambridge, domingo 26 de setiembre de 1976).

En la entrevista de Informaciones, Jorge Guillén adelanta unas declaraciones que luego se reflejarán y ampliarán en otros medios de comunicación nacionales, de los que se nos habla en la carta como la televisión y otros periódicos. Así, tenemos la referencia al diario malagueño Sur -fundado en marzo de 1937, tras la incautación del entonces periódico republicano, El Popular. Originariamente, se denominó Arriba, aunque en pocos días se cambió su designación por Sur-. En el diario Sur se  informa sobre la vuelta del profesor y poeta,  relacionándolo con Vicente Aleixandre, compañero de generación, y asimismo, como Guillén, malagueño de adopción: “Después de dos años en Nueva York, regresa Jorge Guillén el 8 de enero para instalarse definitivamente en Málaga. Guillén, y Vicente Aleixandre, dos de los más importantes representantes de la Generación del 27, están vinculados estrechamente a Málaga”. Y se incluyen al lado sendas fotografías de ambos (8 de enero de 1977).  

También en el periódico El País -fundado el 4 de mayo de 1976, cuando España comenzaba la transición hacia la democracia, pronto convertido en el  diario español de información general de mayor difusión- se publican declaraciones de Guillén tras su llegada. Son declaraciones que al principio repiten lo mismo contado a su hija en esta carta: “Estoy cansadísimo del viaje. No he podido dormir y dentro de unos días, cumplo 84 años”. Expresa su opinión favorable al cambio español, su inquebrantable dedicación poética y su amor a España, terminando así el texto periodístico: “Yo soy más castellano viejo que el Cid, pero me gusta mucho Andalucía. Me encuentro muy a gusto y permaneceré aquí hasta el mes de abril”(Andrés Martínez Lorca, Málaga, en la sección de Sociedad, 8 de enero de 1977). En el mismo diario, el día 12 de enero de 1977, tendremos un artículo de Francisco Umbral dedicado a Guillén titulado “Mis queridos viejos” donde se hace eco de estas declaraciones y asimismo responde a las últimas de Guillén respecto a él, plasmadas en la anterior entrevista de Informaciones sobre su calidad de escritura y su común origen vallisoletano.

La trascendencia y repercusión mediáticas causadas por la vuelta del escritor, merecedor del primer Premio Cervantes -incluso se incluyó la noticia en el NODO de 8 de febrero de 1977- quedan resumidas en la cita con que Guillén refleja ese olor a multitudes: “Siamo celebri!” come diceva Quasimodo. El traer esta mención de Salvatore Quasimodo se remonta a cartas anteriores como la del 31 de octubre de 1959 desde Roma, donde Guillén le habla a su hija de este poeta y periodista, miembro del movimiento hermético italiano y Premio Nobel de Literatura en 1959: “Ungaretti me llevó a cenar cerca de esta casa, Il Buco. Imagínate cómo habla de Quasimodo y el Premio Nóbel. ¡Furioso! Quasimodo, amigo del Secretario de la Academia Sueca, poeta engagé, visitante de Estocolmo como amigo de la paz.”, Y resulta curioso constatar cómo repite esta misma cita de Quasimodo en otra de sus misivas de esta misma correspondencia con motivo de la concesión recibida del Premio literario internacional mexicano Ollin Yolitztli: “Radio, periódicos y T.V., también han transmitido noticias y fotografías. ¡Hasta en Málaga se ha oído la voz de López Portillo, además de la de Claudie leyendo las palabras de agradecimiento de tu padre! Siamo celebri, como decía Quasimodo” (Carta a Steve. Málaga, 4 de octubre de 1982).   

La siguiente referencia de Guillén en su carta presenta a los amigos que le recibieron ya en Málaga, constatando la presencia de tres figuras relevantes en su vida personal y  profesional: Bernabé, Alfonso Canales y Rafael León. Parece que esta comitiva de recibimiento ya era habitual si tenemos en cuenta, por ejemplo, lo que cuenta a Teresa en una carta anterior, donde además declara su entusiasmo por Andalucía: “a las nueve llegamos, pusimos el pie en Málaga. (…). También, en el muelle, Bernabé F. Canivell y Alfonso Canales. Vinimos a Nerja charlando. No dejamos de charlar. El cuarto es muy satisfactorio. La situación, maravillosa. ¡Qué balcón, qué vista! ¡Viva el Al-Andalus! Y ya se siente, por fin, el calor que hace” (Nerja, 3 de junio de 1966).

El primero de los nombrados de este grupo acogedor es Bernabé Fernández Canivell (Montilla, 22 de mayo de 1907-Málaga, 1990), poeta y amigo que aparece en varias de estas cartas siempre vinculado a Málaga. Así, en la carta de 15 de julio de 1959 escribe: “Otra cosa. En Málaga –Villa Angelita, Campos Elíseos– tienes al director de Caracola Bernabé Fernández Canivell –con quien estoy siempre en relación por culpa del libro de Pizarro, cuyas primeras pruebas todavía no he visto. Te lo advierto por si necesitaras a alguien en Málaga.”(Lido di Camalote).

El segundo de los citados es Alfonso CanalesAlfonso Canales Pérez-Bryan (Málaga, 1923 – ibídem, 18 de noviembre de 2010)-, al que el mismo Guillén califica en sus cartas a su hija de amigo, poeta y abogado suyo, y que figura también en varias de ellas. Escribe Guillén: “Toda la operación será llevada por “mi abogado” Alfonso Canales, excelente amigo poeta. (Acaba de publicarle un libro de poesía la Revista de Occidente).” (Nerja, 1 de julio de 1966); sale asimismo en aquella otra carta en que se refiere a Canales como el abogado que interviene en la compra del piso en que a partir de ahora vivirá el matrimonio en Málaga: “Queridos todos: El viernes pasado firmé el contrato en la notaría de Málaga y entregué los oportunos cheques. Todo ello bajo la supervisión de Alfonso Canales, que es un excelente abogado, muy preciso y puntual -como si no fuera andaluz y a la vez un buen poeta andaluz. Después comimos en “La Alegría”.( Nerja, 19 de julio de 1966).

Por último tenemos a su amigo Rafael León –Rafael León Portillo (Málaga, 1931- Málaga, 2011), poeta y maestro impresor, casado con la poeta Mª Victoria Atencia.  Miembro de la Academia de Bellas Artes de San Telmo, fue concejal y teniente alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Málaga en los años 70.

Este grupo de amigos de Jorge Guillén forma un importante núcleo de desarrollo literario de Málaga. Son los precursores de Caracola, revista malagueña fundamental para conocer la poesía española de la segunda mitad del siglo XX. Editada en la imprenta Dardo, prolongación de la antigua Imprenta Sur, de donde salió la prestigiosa publicación  Litoral (noviembre de 1926-junio  de 1929),  iniciativa de los también malagueños Emilio Prados y Manuel Altolaguirre -revista donde publicaron la mayoría de los jóvenes poetas de la luego conocida como Generación del 27, incluyendo al mismo Jorge Guillén-.

La revista Caracola fue fundada en 1952 por José Luis Estrada Segalerva y dirigida por él, aunque el cuidado de la edición y una codirección no explícita correspondió a Bernabé Fernández-Canivell en la primea etapa de la revista -entre el primer número y el 106 (1961)-; Fernández-Canivell se rodea de un grupo de jóvenes poetas que, también de forma no explícita, funcionan a la manera de un consejo de redacción (Alfonso Canales, Vicente Núñez, Rafael León, María Victoria Atencia y Enrique Molina Campos). Más adelante, ya en la década de los setenta, Fernández-Canivell edita Caballo griego para la poesía, de la que salieron tres números entre 1976 y 1977. La revista estuvo cuidada por el propio Bernabé y por Rafael León que, desde los tiempos de Caracola, fue un estrecho colaborador suyo.

Recoge a continuación Guillén en esta carta la anécdota de que un empleado que supervisa su pasaporte le confunda con el hermano del poeta, destacando cómo, de algún modo, al menos conoce la existencia de su identidad de creador.

La carta termina con el relato de intento de alcanzar la normalidad de lo cotidiano, a pesar de la incesante actividad de las visitas y el interés periodístico levantado por su venida a España. Comenta otra vez la intensa labor desplegada por su mujer en el arreglo de la casa y da cuenta con nombre de las diversas visitas recibidas. Entre estas se encuentra “mi joven amigo Mario Hernández, con su novia, de Valladolid.”. Mario Hernández Sánchez (Palencia, 1945), poeta, filólogo y profesor del Departamento de Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Madrid, fue también fundador y codirector de la revista Trece de Nieve. Colabora con publicaciones de crítica y poemas –Triunfo, Ínsula, Caracola…- y en cuanto a su relación con Jorge Guillén es autor de estudios y ediciones de poesía española contemporánea entre los cuales se halla nuestro poeta. Así, en carta posterior a la comentada, hallamos la referencia hecha a Teresa sobre Mario Hernández en la presentación del libro guilleniano Final (1982): “En el libro hay demasiadas erratas. Se corregirán en una posible segunda edición. El libro fue “presentado” -moda actual- en Barcelona. Hablaron Barral y Mario Hernández. Mario lo hizo muy bien.” (Málaga, 9 de febrero de 1982). También manifiesta Guillén su confianza en Hernández en otra de estas cartas respecto a una edición de sus prosas: “¿Y quién va a preparar la colección de mis “prosas” que publicará Gredos? Yo desearía que fuese Mario Hernández, ahora trabajando en volúmenes de Federico. Veremos. Ningún candidato mejor.”(Málaga, 18 de febrero de 1983).

La carta acaba con el padre que transmite a su hija cómo todo va asentándose permitiéndoles retomar una vida más tranquila, tras el vértigo de los días anteriores. Y después del descanso, manifiesta su agrado ante el clima y el ambiente malagueños. Málaga fue un lugar siempre grato para el escritor que trata en muchas otras de estas cartas del encanto de estas tierras y estos parajes, asimismo conocidos y frecuentados por Teresa en sus estancias con su familia: “Clima: no hace frío, un sol estupendo (pero en casa sí: he comprado una estufa cara). ¡Cuánto me gusta estar en Málaga.”.

Y se despide con el recuerdo cariñoso a toda la familia, constatando  que es la primera carta que escribe desde su residencia definitiva en Málaga. Como en otras muchas de estas cartas aparecen después una breves líneas de Irene, saludándolos y manifestando su estado de salud.