Para citar este artículo:
García-Ramos Herrera, Isabella (2023) “Wellesley, 23 de abril de 1949 (San Jorge)”, en Cartas a Teresa <https://guillen.linhd.uned.es/23-de-abril-de-1949/>
Wellesley, 23 de abril de 1949 (San Jorge)
(Hace un año me embarqué en Cherbourg)
Queridísimo Antó:
Mañana, o sea, hoy -24 de abril- tendrás cumplidos -y bien cumplidos- tus cinco años. ¿Te das cuenta? Cinco años quieren decir que eres ya un hombrecito: vas a la escuela, eres invitado a comer, a tomar el té -o ice-cream-, ofreces bombones, dictas cartas, proteges a tu hermanita, eres bueno siempre, es decir, persona, hombre… ¡Enhorabuena, mi señor don Antonio Gilman, ciudadano de la gran América, hijo y nieto de gilmanes, Antó por otro nombre más familiar y más enérgico! ¡Felicidades, viajero sobre las nubes, compañero del águila y el cóndor! Acaba de llegar la carta de Grand’ Maman, y por ella sé que comiste y dormiste muy bien entre Nueva York y Columbus. -Comme elle est gentille Grand’Maman! Enseguida me ha escrito y como ella sabe hacerlo todo: tan buena siempre. Aquí me tienes solito ante la ventana del comedor, viendo casi el crecimiento de las hojas en los árboles de estas calles; Magnífico sobre todo el árbol entre Weston Road y Antonio Street… pero me acompaña Claudie, que vino ayer tarde. De modo que he estado solo durante muy pocas horas (con Vicente Gaos, que estuvo el jueves, y también ayer, aquí, charlamos por los codos). La casa está silenciosa, y se nota a cada momento vuestra ausencia. ¡Aquel jaleo de Isabelita, aquellas conversaciones nuestras, aquel cruce de idiomas! ¡Da muchos besos a tu mamá, a Isabelita, a Grand’ Maman; Abraza a tu papá. (¡Yo no soy como los hombres rusos, que se besan!). A lo más, da un beso en el hombro a tu papá; ya sabes tú quién hacía eso. ¡Felicidades! Te quiere, te adora, te idolatra tu abuelo
Jorge
Esta carta, con fecha de 23 de abril de 1949, a pesar de que se encuentra entre las epístolas que Guadalupe Arbona Abascal y Rosa Fernández Urtasun han recopilado para la antología digital de las cartas de Jorge Gillén a su hija Teresa como parte del proyecto Cartas a Teresa. Digitalización, contextualización y análisis de redes de las cartas de Jorge Guillén a su hija (1948-1984), no está dirigida expresamente a Teresa Guillén de Gilman, hija del poeta Jorge Guillén, sino a su nieto, Antonio Gilman Guillén, hijo de Teresa con Stephen Gilman, a quien cariñosamente Guillén llama «Antó». No es, sin embargo, la primera que le dirige el poeta español a su nieto. En este antología, desde la primera carta –con fecha del 16 de enero de 1948– ya Guillén habla de su nieto. Hay una evolución a lo largo del epistolario de cómo Antó se convierte en un destinatario directo de las cartas de su abuelo, así sea, al comienzo, por la intermediación de su madre Teresa. La primera vez que se dirige expresamente a él es en la carta del 4 de noviembre de 1948, carta a la cual Guillén hace referencia en la misiva que envía el 18 de noviembre de 1948 con la frase: «En mi primera carta a Columbus había un párrafo para Antó, léeselo, si no has extraviado esta carta». Semanas después, en la carta con la fecha 9 de diciembre de 1948 la dedicatoria es: «Queridos hijos, querido Antó», apareciendo su nieto por primera vez en el encabezado de una carta. Apenas un mes después, empieza un juego comunicacional curioso, del cual se tiene constancia gracias a lo que el poeta deja por escrito. Si bien antes se refería a su nieto en tercera persona en conversaciones con su hija, o le hablaba directamente en cartas dirigidas a Teresa usando la fórmula gramatical de «Antó: » (mostrando así que cambia de destinatario), el 23 de enero de 1949 Guillén, en carta a su hija, le pide a su nieto lo siguiente: «Querido Antó: quisiera oír tu voz, y para eso te ruego que dictes a tu mamá una cartita contándome cosas de tu escuela.» Es una maniobra curiosa por parte del abuelo, puesto que implicará que el niño, que aún no sabe escribir, le dicte a su madre sus propias palabras, las cuales ella dejará por escrito, siendo la voz del nieto pero con la letra de Teresa la combinación del código en el que llegará el mensaje para el poeta que vivía en Wellesley. Es, a partir del 15 de febrero de 1949 cuando Antó se consolida como un tú epistolar recurrente en esta antología, puesto que esa es la fecha en la que, por primera vez, Jorge Guillén envía una carta cuyo único destinatario es Antonio Gilman Guillén.
Retrocediendo un poco, ya solo las dos primeras líneas de la carta son de gran impacto: «Wellesley, 23 de abril de 1949 (San Jorge) / (Hace un año me embarqué en Cherbourg)». En la historia del gran exilio español a raíz de la Guerra Civil, se sabe que Guillén fue uno de los muchos que se marchó para no volver hasta muchos años después a su tierra natal. La décima carta de este epistolario la escribe Guillén con este encabezado: «En el tren de París a Cherbourg, 23 de abril de 1948», y en ella dice: «Hijos: ¡Por fin! Ya estoy camino de América es decir, camino de vosotros (¡como se mueve este tren parece ya el barco!). Día 23 seis meses ya ¡y qué! Vuestra madre sigue estando con nosotros, en nosotros. Siempre». La pérdida de Germaine Cahen marca con mucha fuerza las primeras cartas de esta antología por la cercanía a la fecha del fallecimiento de quien fue la primera mujer de Guillén. Sin embargo, un año después, en 1949, Guillén vive en América junto a su suegra Jeanne, a quién se refieren como “Grand’Maman”, muy cerca de su hija Teresa y por lo tanto de su familia, los Gilman.
La carta aquí citada es una felicitación para Antó por su cumpleaños. Es una mezcla entrañable y curiosa que el abuelo le dedique tantas líneas al nieto que está por cumplir una edad tan corta. Sin embargo, a lo largo del epistolario, se demuestra que Guillén estima tanto a su nieto que mantiene este tono cariñoso que nunca llega a ser infantil ni condescendiente hacia él (tanto, que empieza la carta diciéndole que con cinco años cumplidos será un “hombrecito”).
En la siguiente enumeración de las actividades de la vida de Antó, Guillén hace referencia a varios datos de la vida de su nieto.
Primero, habla de su asistencia a la escuela, dato que resultaría normal en la vida de cualquier niño, pero no lo es para la vida que llevaba Antonio Gilman Guillén en ese momento, puesto que, durante su infancia, Antó estaba constantemente viajando. Sin embargo, existe una incongruencia con este dato: en una entrevista que dio Antonio Gilman Guillén en 2020, dice que no asistió al colegio hasta el año 1951, puesto que a su padre, Stephen Gilman, se le adjudicó una beca de la Solomon R. Guggenheim Foundation durante todo el año de 1950 y estuvieron en Europa. Pero, no solamente en esta carta de abril de 1949 sino también en una de enero de 1949, Guillén habla de las andanzas de Antó en sus clases («Antó “pica” siempre, responde siempre a todas las solicitaciones con una inteligencia y una vitalidad extraordinarias. ¡Que se entere de todo eso la señora maestra!»). En conversación por vía de correo electrónico con Antonio Gilman Guillén, preguntándole sobre esta diferencia entre las fechas, el profesor emérito de la California State University Northridge, ha contestado lo siguiente:
«No sé a qué se referiría el Abue en su carta de 23 abril 1949. Yo nací en el año 1944 y en los EE.UU. uno entra en la escuela primaria con los seis años cumplidos. Es decir, yo debería haber ingresado en “first grade” en septiembre de 1950, pero mi padre había recibido una beca Guggenheim y pasamos el 50 en Europa, con lo cual no llegue hasta enero del 51. Evidentemente, mi memoria de esa época es escasa, pero si me acuerdo de la maestra, Miss Piper, que me enseñó a leer».
Podría entenderse entonces que a la profesora que Guillén hace referencia es a Miss Piper, mientras que la escuela no sería la escuela primaria que se entiende en el sistema español, sino, una especie de grado previo aunque más avanzado que una guardería.
Segundo, cuando dice que su nieto dicta cartas, se refiere a la frase citada anteriormente en la que Guillén le pide a su nieto que le dicte a su madre las cosas que quiere decir y contarle al abuelo.
Y tercero, al señalar que «proteges a tu hermanita» está haciendo referencia a Isabel Gilman Guillén, hermana menor y segunda hija de los tres que tendrá el matrimonio de Teresa y Stephen Gilman.
Cuando Guillén llama a su nieto «viajero sobre las nubes» el poeta habla de que Antó ha viajado en más de una ocasión en avión. En una carta fechada el 14 de junio de 1949, Guillén le cuenta a Antó que está a punto de hacer un viaje trasatlántico en avión y lo hace apuntando los muchos viajes de su nieto: « Mi muy querido Antó: / Ya sabes que el lunes próximo, Grand’Maman y yo nos lanzaremos en avión a París. Imagínate mi emoción: tú has volado muchas veces en una vida tan corta, y yo no he surcado el aire más de media hora». Esta admiración del abuelo por su nieto aventurero y el nombrarlo su compañero de viajes es una glosa recurrente en el epistolario.
Mencionar la soledad en la que se encuentra el poeta «ante la ventana del comedor» también es un comentario constante en la relación epistolar de abuelo y nieto. En la primera carta en la que Guillén se dirige expresamente a Antó –4 de noviembre de 1948– le habla sobre lo solo que se encuentra porque su nieto ya no está en casa:
«Antó: me acuerdo mucho de ti. Voy al cuarto de baño y no encuentro los barquitos de tu flota. Me pongo a escribir en esta mesa del comedor, frente a la ventana y no encuentro ningún juguete tuyo. Paso por el Campus y no tengo compañero alguno. Me levanto por la mañana y ¿a quién voy a contar una historia o un cuento? Desayuno y solo. ¡Siempre solo! Di a tu mama que me cuente lo que tú haces y dices».
Esto lo retoma el poeta cuando hace mención de Isabelita, pero entonces no es solo la ausencia de Antó la que pesa sobre Guillén, sino la de toda la familia Gilman, al hacer referencia al «cruce de idiomas» (esto concuerda con lo que Antonio Gilman dice de su familia: «no una familia española, sino una familia americana que hablaba el castellano en casa» más el dato de que Grand’Maman Jeanne no hablaba español, sino francés, como menciona Guillén en la carta del 7 de agosto de 1949). Otro guiño a estos paseos y momentos compartidos entre abuelo y nieto es la mención de la «Antonio Street» que, por la carta del 6 de mayo de 1949 sabemos que, realmente, se llama Garment Abbot («el niño bueno se llama Antonio Gilman… Si no, la calle que en este momento tengo ante mí no podrá llamarse Antonio Street, y volverá a llamarse Garment Abbot…»).
Las menciones a Grand’Maman Jeanne, Claudie (Claudio Guillén) y Vicente Gaos (1919-1980) hablan de la cotidianidad de Guillén en Wellesley: vivir acompañado de su suegra, de quién está siempre hablando de cómo se cuidan mutuamente –aunque parecería que ella lo cuidaba más a él–. «Claudie», su hijo, a quien Guillén ve avanzar en su carrera académica y apunta en numerosas ocasiones en el epistolario este desarrollo: exámenes que presenta, textos y cartas que escribe, entre otras cosas, una vida académica que el poeta comparte con su primogénito. Y Vicente Gaos, poeta, ensayista, crítico literario, traductor y profesor español, es uno de los muchos nombres que aparecen en el epistolario como muestra de la vida literaria de Guillén en el exilio. Gaos, reconocido no solo por su obra poética que lo enmarca en la Generación de 1936 y lo hizo merecedor de varios galardones como el Premio Adonáis o el Premio Nacional de Poesía de manera póstuma, también realizó una gran labor como profesor en varias universidades de Estados Unidos, entre los años 1948 hasta 1956, hasta que finalmente volvió a España en 1956. Su trabajo como editor queda en manifiesto en el intercambio epistolar con Jorge Guillén en distintas facetas: conversaciones con distintos escritores e hispanistas, escritura («Vicente Gaos, que trabaja en la Editorial Guadarrama, me escribe pidiéndome un libro de ensayos» 25 de febrero de 1959), ediciones y re-ediciones de viejos volúmenes («Es posible que las Ediciones Guadarrama reediten Cántico (Mediador, Vicente Gaos)» 19 de noviembre de 1959), intercesión los unos por los otros para las publicaciones («Vicente Gaos publicará su próximo libro de versos, gracias a una gestión mía, en esta editorial universitaria», 2 de marzo de 1964), y así, escenarios diversos en los que Vicente Gaos es uno de los muchos exponentes de las amistades literarias que Jorge Guillén fue trazando a lo largo de su vida y quedaron plasmadas en este epistolario.
El final de la carta resulta conmovedor y hasta exagerado de parte de un hombre de carácter castellano hacia su nieto. Que escriba « te idolatra tu abuelo» y subraye la palabra idolatra demuestra el énfasis que el poeta quería darle al final de esta misiva. Si se lee solo esta carta, parecería que es un gesto demasiado grandilocuente por parte del abuelo hacia el nieto, pero, sobre todo en las primeras cartas cuando Guillén aún tiene solo un nieto, se encuentran distintas frases de este estilo que demuestran la grandeza que era para el poeta el poder ser abuelo. En la segunda carta del epistolario, por ejemplo, con fecha de 23 de enero de 1948, Guillén escribe lo siguiente: «No sé como disponerme a eso: a ser todavía más abuelo. ¿Será posible (tener más nietos, no hay duda) ser más abuelo? Antó me mantiene en mi plenitud. “I don´t believe it” Luego ¿ya habla inglés? Increíble para mí, si Antó no fuese la perpetua maravilla». También, en la carta citada antes del 18 de noviembre de 1948, Guillén asegura que «la vida sin Antó no se comprende». Para un abuelo cuyo nieto es «la perpetua maravilla» y su «vida sin Antó no se comprende» tiene sentido que deje por escrito estas demostraciones de amor tan efusivas, como el decir que idolatra a su nieto. Es por esto que resulta interesante estudiar la relación epistolar entre abuelo y nieto, por la profunda importancia que Guillén le imprime a la presencia de Antonio Gilman Guillén en su vida y lo deja de manifiesto en sus cartas, por más que muchas, al comienzo, estén dirigidas a su hija Teresa.
Bibliografía:
– Arbona Abascal, G. y Fernández Urtasun, R., (2022). Antología digital Cartas de Jorge Guillén a su hija Teresa (1948-4984). Disponible en: https://guillen.linhd.uned.es/antologia/
– Montero Reguera, José (2010). «Vicente Gaos y González-Pola». Diccionario biográfico español. Real Academia de la Historia. Consultado el 10 de diciembre de 2023.
– Vicent García, J.M., Martínez Navarrete, M.I., Díaz-del-Río Español, P. Una entrevista con Antonio Gilman. Primera parte. Trabajos de prehistoria 77, N.º 1, enero-junio 2020, pp. 7-29, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2020.12244